RELATOS
PERFILES
Siempre que llegaba a Florencia, experimentaba la emoción de sentir su rostro impregnado del aroma de decenas de intrigas, historias y luchas. En aquella ocasión, tampoco había sido...
RESURRECCION
1. Henry Armstrong, el difunto.
Me siento encajonado sobre algo mullido, que huelo muy suave e incluso...
DAMIÁN Y COSME
La plaza en realidad no era tal, sino que la calle se ensanchaba, antes de bifurcarse en dos. Las aceras alejadas anormalmente le proporcionaban una anchura que no tenía ni en su principio ni en su final. Allá, en la acera de la derecha, se podía...
MORITO
Hará unos cinco años que le conocí. Era un hombre bajito, huesudo, con los pómulos remarcados y pelo muy oscuro y algo ensortijado. Era de tez morena, por naturaleza, con los ojos de un negro intenso, y una sempiterna sonrisa en sus finos labios. Una sonrisa que, en...
EL EXTRAÑO CASO DEL CHINORRI DE LA LALI
Había dejado a mi amigo Antonio en su habitación y, llegado ya a la parada del autobús, todavía recordaba apesadumbrado sus esfuerzos para pronunciar inteligiblemente alguna frase, superviviente de su segunda embolia. Fue el resoplido...
Lluvia sobre Seattle
El joven suwamish, en los largos y cálidos días de verano recorría los bosques, subía a los picos y cruzaba los ríos, siempre acompañado de su coyote. Pero al llegar el invierno, el joven piel roja se refugiaba en el fondo oscuro de las...
Residencia El Sosiego
Para entrar en la Residencia “El Sosiego”, era necesario franquear una verja metálica, que se abría mecánicamente desde el interior, al poco rato de pulsar el timbre....
El ratoncito
Aquellos dedos, suaves como el terciopelo, se manejaban con dificultad, intentando colocar sobre el taburete el ratón de peluche con largas y endebles patas. A duras penas lograba alcanzar el demasiado elevado asiento de enea. Era un ratoncito de perfilada nariz, de ojos saltones, de roja...
Verde y menta
· Una selva de hayas, alcornoques y chopos centelleantes asciende por la ladera sirviendo de lienzo, de paño verde rasgado por una escalinata de piedras blancas y rugosas que desciende hasta la amplia terraza. Sólo vislumbrarla ya es absorber la penetrante fragancia...
Pont de l,Alma
Lantín rehuía adivinar cómo había obtenido su mujer aquellas joyas que, evidentemente, no eran baratijas. La confesión del joyero que las habían enviado a su domicilio rebotaba contra las paredes de su cerebro y confirmaba la compra por un extraño. Eran un regalo,...