MAS, R.I.P.
Así rezan múltiples pintadas por la histórica Barcelona, acompañadas de una cruz, proclamando que la CUP, el Junts y toda su parafernalia pro desconexión, considera al engreído Artur Mas completamente amortizado. Han hecho uso de él durante estos últimos años y ahora, a las puertas de una rebelión adornada de democracia, lo dan por liquidado en sus ansias de inmortalidad histórica. El Conseller más ilustrado del gobierno en funciones, Mas-Colell, inquiría alrededor de la mesa gubernamental “què és això”, a la vista del documento que se pretende aprobar el próximo lunes, previo a la sesión de investidura en su tanda inicial, en el cual la CUP antepone sus exigencias a cualquier entronización de President. Y tal pregunta no resulta nada extraña aunque la respuesta haya que buscarla en el devenir de esos dos años anteriores, en los cuales ese áulico Conseller se las ha visto y deseado para tapar los agujeros que se han ido produciendo en la tesorería catalana por mor del despilfarro y la prodigalidad consentidas.
El escenario que se nos presenta no puede ser más funesto. En primer lugar, la lentitud de Rajoy ha alcanzado el límite, es decir, hasta una semana antes de que se produzca la proclamación y aprobación parlamentaria de lo que, hasta ahora, han sido gritos independentistas. Está bien el dialogar, el unificar esfuerzos, pero…., estamos en un impasse en que las palabras no son suficientes ni, lamentablemente, aptas para afrontar la rebelión anunciada. Es más que obvio que la Presidenta Forcadell y los suyos están buscando una ruptura de enfrentamiento que soliviante a sus huestes, las cuales levantarán pendones y esteladas a favor de la ANC, la CUP, el Junts y todas las Omniums culturales que se precien. Lo que se busca es la confrontación no desde la ley, sino desde y en la calle. Y tal intencionalidad, tal hecho previsible desde una perspectiva realista, debiera haberse atajado tiempo atrás. Todavía estamos a la espera de una resolución judicial acerca de la probanza de la intervención de la Generalitat en el referéndum pasado. Y todavía estamos también esperando que aquel artículo del C. Penal promulgado en tiempos de Aznar que convertía en delito la convocatoria de consultas ilegales, fuese retornado al texto penal. Las visitas a gran escala del Rey, debidas y coherentes, no han sido más que gotas de agua en un mar embravecidamente republicano. El que la Alcaldesa de Barcelona - que cuando está hambrienta tiene un humor de perros, según dice – pretenda eliminar toda referencia borbónica a la ciudad, empezando por la sala de Pleno, merecería del algo más contundente que una reclamación judicial. Y es que, la engreída alcaldesa, no sabe que los “mossos d,esquadra” fueron creados merced a Real Orden de Felipe V, de 21 abril de 1719, ante al gran numero de malhechores que corrían por los pueblos del Principat. Por ello le convendría a la Colau buscar en Google, la voz Pere Antoni Veciana, e instruirse de donde salieron los “mossos d,esquadra” o policía catalana. Por lo visto, los borbones no fueron tan despreciables como nos los pintan los libros de texto catalanes, o al menos no lo fue Felipe V, defendido por los hombres de Pere Antoni.
Retornando al presente, Forcadell afirma que está dentro de la ley, que los juristas del Parlament la amparan, sin embargo, lleva años anunciando que en nada le importa la ley española pues camina hacia la libertad que representa, para ella, la republica catalana. Todos los políticos rebeldes, desde Hitler hasta Nixon, se amparan en los votos para justificar sus actos ilegales. La democracia, como sistema político, les es útil en la medida que puede ser moldeada para sus intereses espurios. El dilema se halla en cómo actuará la Forcadell y los suyos cuando, impugnados ante el T.C., en busca de amparo, los acuerdos y decisiones de la Mesa parlamentaria, sea aplicada imperativamente la suspensión de los actos recurridos a la vista de la aprobación parlamentaria. De seguir adelante, con la insistencia de la CUP, el siguiente paso no puede ser otro sino la aplicación del art. 155 de la C.E., que no recoge sino la defensa del interés general, es decir, de toda la nación española.
Y mientras llega el lunes 9, las gradas del Camp Nou, en el partido de la Champions, será sembrado con treinta mil esteladas ante las mismísimas narices de la UEFA y el C.S.D. Obviamente, seguiremos con el “hablando se entiende la gente”, mientras la Forcadell, el Oriol, el Baños tienen ya la pala en las manos para cavar la fosa a la cual han destinado al político que no supo contestar al “què és això” sino con el anuncio de una purga de consellers. Si es que le da tiempo, naturalmente. Aunque lo cierto es que las paredes de Barcelona ya han hablado; Mas, R.I.P. Hay que entender que políticamente, por descontado.